Entre encinas, pinos y olivos, se haya la localidad de Baldellou, en la que destaca rotundo sobre el cuidado casco urbano el
castillo o torreón del Pubill. Colosal torre de cuatro plantas del siglo XVI,
considerado como uno de los más altos de Aragón. La iglesia de Nuestra Señora
de la Asunción, buen ejemplo del románico de transición del siglo XIII, acota
la plaza del pueblo. Sus calles albergan bellas casonas solariegas con varios
siglos de antigüedad, como bien atestiguan sus portadas.
Poco más de un kilómetro nos separa de la
ermita de la Virgen de Vilavella, escondida entre olivos y pinos, que recibe a sus
fieles en romería cada lunes de Pascua. Alargando la vista hacia el valle
encontramos otro de los grandes atractivos de la zona, el pantano de Santa Ana.
Sus ricas aguas procedentes del río Noguera Ribagorzana actúan de potente
reclamo para pescadores que acuden en busca de las muermosas especies que
habitan en él.
El paisaje se torna ahora más bello, mientras
serpenteamos hacia el norte por el congosto que nos separa de Camporrells. Este
pequeño desfiladero, muy similar al de los cañones del prepirineo, mantiene
entre saltos de agua el caudal del rio Molí del Pubill, torrente que
se ha abierto paso entre sierras construyendo así el camino natural desde el
norte hacia el valle en que se ubica Baldellou.